CERÁMICA ESMALTADA

Para que nuestras piezas de cerámica consigan tener la terminación de calidad que tanto las diferencia y nos identifica, tenemos que desarrollar un proceso de decoración y esmaltado que, junto a las diferentes tecnologías cerámicas que utilizamos, son parte fundamental del proceso creativo de la cerámica artesanal y artística que realizamos. 

 A través de este post te vamos a mostrar cómo lo hacemos.

Esmaltes cerámicos, ¿Qué son?

 Una vez la pieza en barro ha salido del horno (a la que llamamos “en bizcocho”), el siguiente paso es el proceso de esmaltado cerámico, en el cual se consigue dar a las piezas la adherencia necesaria, para que se fije la decoración y consiga mayor resistencia con el esmaltado, mediante la cocción. Tras un proceso de fusión y posterior enfriamiento, el esmalte se vitrifica. Esto es lo que se conoce como cerámica esmaltada. 

 Dentro de la cerámica esmaltada podemos encontrar baldosas, que es el tipo de cerámica más conocida dentro de esta técnica. Entre las baldosas encontramos: azulejos, gres porcelánico, gres esmaltado, gres rústico y el barro cocido.

 Según la técnica que se emplee, existen varios tipos de esmaltado con los que se podrán obtener diferentes acabados (mates o brillantes, según se desee) y tonalidades.  Entre ellos podemos encontrar: esmaltado con pincel, por inmersión, vertido o baño con barniz y por pistola o aerógrafo.

Esmaltado con pincel

 Esta técnica de esmaltado permite mayor precisión en el proceso, mejores detalles en cuanto a la decoración de las piezas, una mejor sintonía artística y, además, permite la combinación de colores. Para ello, puede utilizarse el pincel, brocha o paletina. Esta técnica es muy utilizada para diseños de bandejas, ensaladeras, lebrillos, etc.

 Dependiendo del tipo de diseño, seleccionaremos el pincel que mejor se adapte a la decoración de la pieza, eligiendo el grosor de éste para adaptarlo a la cantidad de esmalte que necesitamos: redondo, plano, en abanico, liner, etc.

Antes de comenzar, necesitaremos:

  • Un pincel con cerdas suaves
  • Un recipiente donde mezclar los colores
  • Un esmalte de baja o alta temperatura
  • 1º- Mezclar el esmalte con agua antes de aplicar en la pieza.
  • 2º- Una vez hecha la mezcla, lo depositamos en un recipiente pequeño para poder impregnar el pincel cómodamente.
  • 3º- Mojamos el pincel, mientras sostenemos la pieza, y pasamos el mismo con suavidad para evitar dejar marcas o imperfecciones sobre la cerámica. También se puede aplicar por “goteo”, depositando gotas gruesas con el pincel, superponiendo levemente cada huella sobre la anterior). La capa de esmaltado deberá ser como mínimo de 2 milímetros y dependerá de la fuerza y dirección hacia la que movamos el pincel. Ésto, junto a nuestra habilidad, experiencia y cualidades creativas es lo que definen la personalidad de los acabados decorativos de nuestras piezas artesanales. Una vez terminada una cara o superficie, deberemos dejar secar la pieza para posteriormente, continuar con el proceso.
  • 4º -Cuando la pieza esté terminada y se haya secado, si queremos realizar la tercera cocción,tendremos que introducirla en el horno con una temperatura que oscile entre los 950ºC y 1000ºC durante 3 o 4 horas.

Esmaltado por inmersión

 Consiste en la inmersión de la pieza de cerámica completamente en el esmalte. Es un método muy práctico si queremos crear bandejas, vajillas y, en general, piezas que tengan una sola tonalidad de color.

 Si nuestra intención es crear diferentes capas con tonalidades distintas, verteremos capa a capa para cada parte de las distintas piezas. Ésta es una de las técnicas más empleadas. También se pueden usar reservas con látex, o similares, si hay zonas que queremos dejar sin esmaltar.

La zona de apoyo de la placa del horno debe estar completamente limpia de esmalte para evitar que la pieza quede pegada, con el uso de un atifle.

En el proceso de “bañado” de las piezas es conveniente que se mueva con frecuencia el esmalte para conseguir que las distintas inmersiones sean homogéneas. Si se diera el caso de que el esmalte tuviera dificultad para mantener su liquidez y disolución idónea, se suele aplicar CMC, bentonita, etc.

Para esta técnica necesitaremos materiales muy parecidos al esmaltado con pincel:

  • Esmalte de baja o alta temperatura.
  • Recipiente que permita la inmersión completa de la pieza para que quede esmaltada en toda su superficie.
  • Pinzas para esmaltado o herramienta complementaria que pueda sujetar la pieza.
  • 1º- Realizar una mezcla de agua con esmalte para que quede líquido y una vez conseguida la textura oportuna, estaría listo para aplicarlo sobre la pieza.
  • 2º- Contar con un recipiente que se adapte a las medidas de nuestra pieza para que el esmalte consiga cubrir la pieza por completo o una superficie que se adapte a las condiciones de nuestro esmaltado.
  • 3º- Una vez la cerámica está sujeta mediante las herramientas específicas para esmaltado, la sumergiremos en el recipiente, introduciendo de manera intermitente en el mismo unas 3 o 4 veces. Con esto, crearemos varias capas de esmalte, pero a su vez, evitaremos que queden excesivamente gruesas. Debemos dejar que la pieza “escurra” hasta la última gota de esmalte para volver a introducirla de nuevo en el recipiente con la intención de que quede una superficie uniforme.
  • 4º- Tras completarse el proceso de inmersión en el esmalte, dejaremos secar nuestra pieza a temperatura ambiente para que ésta consiga la tonalidad que queremos y obtenga el matiz necesario.
  • 5º- Una vez la pieza esté seca por completo, la someteremos a cocción a una temperatura entre 950ºC y 1000ºC durante 3 o 4 horas, aproximadamente.

Esmaltado por vertido o baño con barniz

 Este esmaltado, como su propio nombre indica, consiste en la aplicación del esmalte vertiéndolo sobre la pieza. Esta técnica nos permitirá crear piezas más homogéneas y uniformes, ya que, a diferencia de otras técnicas como el esmaltado con pincel, con esta estrategia evitaremos que se creen marcas innecesarias, a no ser que sea lo que estamos buscando.

 Por lo general, moveremos el contenedor o recipiente que contiene el contenido del esmalte de manera pareja, salvo que la finalidad sea la creación de un efecto decorativo.

 Este tipo de técnica es una buena opción cuando las piezas son pequeñas y no tienen suficientes surcos o huecos que requieren de una mayor precisión. Es idóneo para esmaltar superficies planas o recipientes como: vajillas, platos, bowls, tazas, etc.               

 Se trataría de “bañar” la pieza previamente al proceso de cocción.

Para utilizar esta técnica necesitaremos:

  • Esmalte de baja o alta temperatura.
  • Contenedor o recipiente para verter el esmalte
  • Pinzas o herramientas complementarias para agarrar la pieza en el esmaltado

IMPORTANTE: Antes de comenzar el proceso, en la preparación del esmalte debemos tener en cuenta que la cantidad será mayor que en otros esmaltados, por lo tanto, será elaborada en polvo con una densidad de esmalte de 1,6 aproximadamente.

  • 1º- Mezclaremos el esmalte con un poco de agua hasta que logremos tener la textura líquida adecuada.
  • 2º- Introducimos el esmalte en un contenedor o recipiente adecuado con el que vamos a verter el esmalte sobre la pieza.
  • 3º- Sujetaremos nuestra pieza con las pinzas de esmaltado, o una herramienta similar, y la colocaremos dentro del recipiente donde caerá el esmalte sobrante, comprobando, antes, que sea más grande que la pieza para evitar ensuciar innecesariamente
  • 4º- Una vez comprobemos que todo va a caer dentro del recipiente, podemos empezar a verter el esmalte sobre la cerámica con una jarra. Deberemos cubrirla por completo y repasar la base, ya que es posible que se manche de esmalte. Para que la pieza se cubra de forma uniforme, es aconsejable realizar el vertido rápidamente ya que el esmalte comienza a absorberse rápidamente y provocará diferentes grosores entre las capas, algo que se notará tras el proceso de cocción. En caso de que alguna parte de la pieza quedase sin esmalte, podemos utilizar un pincel para cubrir estas áreas.
  • 5º- Una vez la pieza está totalmente esmaltada, podemos guardar el esmalte usado en un recipiente para que volvamos a utilizarlo en más ocasiones en un futuro y poder reutilizarlo en buenas condiciones, lo que nos ahorrará tiempo.
  • 6º- Dejaremos secar la pieza durante unas horas.
  • 7º. Introducimos nuestra pieza, ya secada, en el horno a temperaturas entre los 950ºC y 1000ºC durante 3 o 4 horas.

Esmaltado con pistola o aerógrafo

 Por último, queremos mostraros la técnica de esmaltado mediante pistolas de pintura o aerógrafos, la cual es algo más compleja que las demás y requiere de mucha práctica para conseguir un buen acabado. Es de gran importancia calcular la cantidad de esmalte necesario y, también aplicar el esmalte de una forma que no escurra, por lo que os aconsejamos que se practique antes. Con ello conseguiremos llenar la cubeta de la pistola.

 La aplicación del esmalte deberá realizarse mediante movimientos cortos, ascendentes y descendentes a una distancia de unos 30 centímetros de la pieza. Con la precisión necesaria, el trabajo resultante nos asegurará superficies lisas, uniformes y de gran perfección. 

 El lugar físico donde realicemos esta técnica deberá ser un lugar que cuente con buena ventilación y un extractor, ya que las partículas de esmalte contienen ciertos compuestos químicos.

 Si es la primera vez que utilizamos esta técnica, la mejor alternativa es un pulverizador continuo regulable. La técnica, es la misma que se utiliza con el aerógrafo, solo que el aire comprimido se acumula en un tanque de plástico en lugar de en un compresor de aire. Para este método también deberemos tener buena ventilación y utilizar protección respiratoria.

 La densidad óptima del esmalte deberá ser de 1,55 aproximadamente.

Los materiales que necesitamos para esta técnica serán:

  • Esmalte de baja o alta temperatura.
  • Un aerógrafo o pistola
  • Un plato giratorio
  • 1º- Haremos una mezcla de agua y esmalte que, tras conseguir la densidad precisa, podremos introducir dentro del aerógrafo para comenzar.
  • 2º- Colocamos la pieza en el centro de la platina para facilitar la decoración y la iremos girando, poco a poco a un ritmo continuo, usando el aerógrafo para cada parte de la pieza.
  • 3º- Ya podemos usar el aerógrafo para comenzar a decorar, pero deberemos tener cuidado en la aplicación del esmalte ya que podríamos dañar la pieza.
  • 4º- Una vez hemos terminado de esmaltar la pieza, debemos dejarla secar por unas horas.
  • 5º- Para completar el proceso, deberemos dejarla en el horno a una temperatura entre 950ºC o 1000ºC durante 3 o 4 horas.

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